El turismo responsable con animales es tarea de todos. Subirse a un elefante en Tailandia. Sacar del agua estrellas de mar. Asistir a espectáculos donde se alimenta a cocodrilos en Australia para que puedas fotografiarles con la mandíbula bien abierta. Ir en un tour organizado y que una de las paradas sea un mercadillo en Perú donde tienen alpacas atadas para que puedas acariciarlas y hacerte selfies con ellas. ¿Te suena? Estos son solo algunos ejemplos de malas prácticas de turismo responsable con animales, que entre todos, poniendo un poquito de nuestra parte, podemos evitar.
Hoy hablamos con Andrea y Roger, de Travelleating, que aparte de contar sus viajes por el mundo en su blog, también trabajan activamente para difundir y concienciar sobre la problemática relacionada con el uso de animales en el sector turístico. Son actividades aparentemente inofensivas, pero que pueden incluso provocar la desaparición de especies. ¡No te pierdas la entrevista!
Hola Andrea, Roger. Antes de comenzar con la entrevista sobre turismo responsable con animales, contadnos un poco sobre vosotros.
Somos una pareja que nos conocimos hace poco más de cinco años y que descubrimos que compartíamos dos pasiones: viajar y comer. Roger es fisioterapeuta pero actualmente trabaja como cocinero (empezó como afición y ahora vive de ello), y Andrea es bióloga y trabaja en el Departamento de Animales Salvajes de FAADA (llevando principalmente los temas de Comercio de Animales Salvajes y Turismo Responsable con Animales).
Cuando nos conocimos ya habíamos viajado bastante cada uno, pero al juntarnos nos retroalimentamos muchísimo de manera que incrementamos considerablemente la frecuencia de nuestros viajes. Empezamos con nuestro viaje a Vietnam y con varias escapadas de fin de semana; luego Filipinas, Sudáfrica, Myanmar, Japón, Panamá… Hasta que nos animamos a abrir un blog con los apuntes, experiencias y fotografías de nuestros viajes.
A raíz del trabajo y la experiencia de Andrea en cuanto a animales, hemos visto que es muy necesario concienciar e informar a la gente sobre las muchas problemáticas que hay en el turismo con los animales y las consecuencias de participar en actividades que hoy en día se han puesto muy de moda. Es por esto que últimamente intentamos aprovechar para incidir en estos temas, porque toda concienciación y divulgación siempre es poca.
Turismo responsable con animales: acciones aparentemente inofensivas
En Travelleating habláis sobre el problema de que los turistas alimenten a animales salvajes. Creo que es un tema del que todos deberíamos estar concienciados. Al fin y al cabo, son acciones aparentemente insignificantes pero que acaban siendo perjudiciales para los animales y para las personas. Un ejemplo es lo que visteis en Nara con los ciervos. Contadnos un poco sobre este tema.
Para mucha gente el hecho de alimentar a la fauna salvaje les parece una acción inofensiva o incluso positiva, pero la verdad es que hay muchos aspectos negativos y perjudiciales y, por tanto, razones por las cuales no se puede considerar una acción responsable.
Para empezar generalmente no se les da comida que sea parte de su dieta general, por la cual cosa les puede generar problemas de salud. En Nara por ejemplo se les da galletas de arroz (que aunque sea un alimento que se vende enfocado para ellos, no es un alimento que encontrarían ellos en la naturaleza) y aun así también vimos gente alimentándolos con patatas o incluso ofreciéndole Fanta de naranja a una cría.
Nadie controla las cantidades que se les da a unos u a otros, por lo que muchos acaban sobrealimentados (pensad que si todos los turistas nos ponemos a alimentarlos, lo más normal es que reciban comida en exceso). Esto también provoca muchas veces tensiones, pues algunos reciben más comida que otros, cosa que provoca que acaben compitiendo y peleándose entre ellos.
Los animales además se acostumbran a que las personas les den de comer, por la cual cosa se vuelven dependientes de los humanos y pierden la costumbre y la habilidad de buscarse ellos el alimento natural en su hábitat. A consecuencia de esto pierden el miedo al ser humano, algo muy peligroso para ambos. Por ellos, porque dejan de esconderse, se vuelven presas fáciles y se acostumbran a moverse por las zonas urbanas sin miedo, con un alto riesgo de sufrir accidentes allí. Y por el ser humano, porque puede ser acosado y agredido por los animales si se encuentran hambrientos, huelen a comida o bien intuyen algún riesgo.
Esto que os explicamos es muy típico verlo en monos (sobre todo en capuchinos, macacos y babuinos); estos monos que todo el mundo los considera ladrones, y sin embargo hemos sido los humanos los que les hemos enseñado a perder el miedo a las personas y a acostumbrarse a nuestra comida.
Además, ¿no os habéis dado cuenta que en las zonas donde se alimentan animales hay grandes acumulaciones de éstos? Los ciervos en el parque de Nara, los macacos en los templos y santuarios, las carpas en los estanques… Y esta sobrepoblación puede provocar epidemias y la transmisión de enfermedades, tanto a otros animales como a las personas.
Y todavía podríamos seguir con más argumentos…
Lo mismo pasa con los safaris, donde a veces por querer ver muy de cerca un animal, no nos damos cuenta de que estamos invadiendo su territorio. ¿Qué debemos tener en cuenta para hacer turismo responsable con animales en un safari?
Lo primero que hemos de tener en cuenta es que nos encontramos en su hábitat, por lo que siempre hemos de ser respetuosos. Por esto hay que entender que no se debe hacer demasiado ruido (mantener la voz baja, evitar gritar, prescindir de la música en los coches…), mantener una distancia de seguridad (y de no invasión), no bajarse nunca del coche (solo en los lugares permitidos, como los campamentos, las zonas de picnic u otras zonas autorizadas), no tocar ni atraer nunca a los animales con comida ni con nada… Y sobre todo, no perseguirlos.
La gracia de un safari es poderlos ver en su hábitat natural, cosa que comporta que no tienes la seguridad de que los verás ni de cómo los verás. Cada momento con un animal es una sorpresa y un regalo, y se ha de valorar. Pero no hemos de forzar el hecho de encontrarlos ni de verlos más cerca, mucho menos perseguirlos ni acosarlos. Lo mejor que se puede hacer en el momento del encuentro con un animal es acercarse lo justo (manteniendo una cierta distancia), apagar el motor y disfrutar del momento.
Eso sí, en el caso de un encuentro con elefantes todavía hay que tener más cuidado. Hay que estar alerta con las señales que dan, pues pueden ser animales realmente peligrosos (sobre todo si hay crías de por medio). Uno nunca debe ponerse en medio de su camino ni acercarse en caso de ver actitudes agresivas (los elefantes suelen mover mucho las orejas cuando están enfadados o se sienten intimidados).
Más motivos para hacer turismo responsable con animales
Dentro de poco viajaréis a Tailandia para ver en primera persona cómo funcionan los paseos en elefante. Llama la atención que estos animales salvajes acaben siendo domesticados para que los humanos puedan subirse sin ningún problema.
La verdad es que lo que queremos documentar no es la actividad del paseo en elefantes en sí, que claramente es una actividad cero responsable que perjudica y comporta sufrimiento para los animales, sino los falsos santuarios. Hoy en día se ha puesto muy de moda, sobre todo en Tailandia, visitar “santuarios de elefantes” o “centros de rescate” (que ellos mismos se autodenominan así), y que se venden como centros que cuidan a los animales y que los tienen en buenas condiciones, por lo que los puedes ver de manera respetuosa.
En cambio, en realidad no son más que centros o lugares que albergan “colecciones” privadas que viven a costa de los animales, utilizándolos y explotándolos (porque se crearon con la visión de hacer negocio fácil con ellos). Entre estos encontramos desde “santuarios” que ofrecen paseos a lomos de los elefantes, “santuarios” que ofrecen espectáculos donde los elefantes dibujan o hacen acrobacias y se ponen de pie, o “santuarios” que ofrecen un baño y fotografiarse con ellos.
Todos y cada uno de ellos son negocios turísticos a costa de los animales (algunos peores que otros), y no verdaderos santuarios o centros de rescate. No se abrieron por ayudar a los animales ni tienen un objetivo fijado en el bienestar y rescate de los animales, sino en hacer dinero con estos.
Realmente hay muy pocos santuarios reales de elefantes… Y lo peor de todo es que muchas personas van a estos centros pensando que han ayudado y contribuido a una buena causa, cuando no es así. Y lo promueven en las redes sociales animando a que otras personas también lo hagan, entrando así en un bucle que se autoalimenta.
En cuanto a la forma en la que se “domestican” a los elefantes, se trata realmente de una sumisión total al ser humano, una de las formas más crueles de entrenar a un animal. Es el llamado pajaan, también conocido como “romper el alma”. Se trata de crearle un trauma muy fuerte al animal cuando tan solo es una cría, para que lo recuerde de por vida y sea obediente y sumiso de por vida, sin atreverse nunca a rebelarse contra el ser humano. ¿Y cómo lo hacen? Privando al animal del acceso a comida y agua y del sueño, y encerrándolo en una jaula muy pequeña.
Allí se le encadena y se le pega con un gancho metálico en sus partes más sensibles (el gancho con el que los mahouts acompañan a sus elefantes siempre). Es un método cruel de adiestramiento basado en la dominancia y el castigo. El animal queda de por vida sometido al ser humano y siempre le obedecerá, sobre todo si ve que éste lleva el mismo gancho metálico con el que le crearon el trauma.
¿Existe desinformación sobre la problemática de utilizar animales en el sector turístico?
Yo, y creo que la mayoría de las personas, hemos hecho alguna vez una práctica irresponsable con animales, muchas veces inconscientemente. En mi caso, montar en camello, por ejemplo. ¿Qué creéis que falla en este sentido? ¿Hay desinformación sobre cómo hacer turismo responsable con animales?
Todos y cada uno de nosotros en algún momento hemos participado en alguna actividad que no es responsable, ya sea por desinformación o porque nos han engañado. Ambos casos son muy comunes, sobre todo el primero. A los viajeros les falta muchísima información sobre lo que comportan muchas de las actividades con los animales, por lo que hay un gran desconocimiento. Las personas a veces no nos planteamos qué hay detrás de actividades que a primera vista pueden parecer inofensivas. Hacerse una foto con un animal, bañarse con él o darle comida, por ejemplo. Hasta que entras a preguntarte cómo ha llegado ese animal allí, en un entorno totalmente extraño para él, fuera de su hábitat. O por qué se comporta de una manera totalmente antinatural, qué tipo de vida tiene, cómo lo mantienen siempre sumiso y obediente…
Aunque también nos encontramos con gente que se empeña en aceptar que eso que hacen o que han hecho está bien, que el animal no sufre y que vive bien en cautividad o de esa forma, que es feliz. A veces el ser humano puede llegar a ser muy egoísta y pensar solo en vivir esa experiencia o en tener esa foto…
Otras veces (quiero pensar que la mayor parte de los casos) las personas si hubiesen tenido toda la información no hubieran participado en la actividad. De hecho, esto lo veo muy frecuentemente en mi trabajo, que los propios viajeros que han participado en una actividad luego se arrepienten y hablan mal de ella, incluso la denuncian públicamente (algo que siempre aplaudo porque creo de verdad que los errores de uno pueden servir para que otros no lo cometan).
Finalmente, también existe el engaño por parte de agencias, tour operadores u otros contractados (entre ellos los mismos centros) que proporcionan información falsa o venden excursiones o packs sin dar toda la información. De esta manera nos encontramos gente que visita centros de los cuales les han contado una cosa que en realidad no es. Un ejemplo es una chica que me explicó que visitó hace poco un “santuario de elefantes” y una vez allí se dio cuenta que los propietarios de éste eran los mismos que del “santuario” de al lado donde hacían monta y espectáculo con ellos. También es muy típico contratar una excursión y que en medio de ésta te ofrezcan o te veas inmerso en actividades no responsables, las cuales desconocías que formaban parte del planning (como hacerse fotos con un animal, o montarse a caballo o a camello…). Es realmente complicado.
A nosotros, por ejemplo, en Mingun, Myanmar, nos decían que si no íbamos en coche de caballos a los templos y pagodas no podíamos llegar de otra manera, y luego vimos que realmente sí hay alternativas. Como cuando se les dice a los viajeros que solo se pueden desplazar por el desierto en camello, y no es verdad, hoy en día hay siempre alternativas.
Por qué los turistas contratan actividades con animales
¿Por qué creéis que este tipo de actividades con animales tienen tan buena acogida por los turistas? Si se ofrecen, será porque mucha gente las contrata…
Porque somos muchos a los que nos gustan los animales y disfrutamos viéndolos y conociendo nuevas especies, o teniendo experiencias cercanas a ellos.
Pero aunque siempre las actividades con animales han tenido un gran éxito y reclamo, en los últimos años su popularidad ha incrementado mucho por culpa de las redes sociales. Las fotografías y videos con animales lamentablemente dan muchos likes… Y como antes os comentaba, hay personas que solo piensan en tener su momento, su foto y/o conseguir más likes.
Es por esto que desde FAADA siempre escribimos a los famosos o influencers que publican una foto con un animal (bañándose con un delfín, subidos a un elefante, tocando a un mono…) porque es más grave todavía cuando una persona con miles o millones de seguidores hace esto, ya que están influyendo a muchísimas personas que al verlo también lo querrán hacer y los imitarán.
Ya para terminar, ¿cuáles consideráis las tres prácticas fundamentales para conseguir un turismo responsable con animales?
No participar en actividades que comporten ningún tipo de explotación animal (exhibiciones, espectáculos, toca-toca, fotografías…y cualquiera con un contacto directo) ni visitar centros en los que los mantienen cautivos por fines lucrativos (zoos, circos, delfinarios…), realizar los safaris o avistamientos de forma responsable sin perjudicar e interfiriendo lo mínimo con la fauna salvaje y no molestar, tocar ni alimentar a la fauna salvaje. Esto englobaría casi todo.
Muchas gracias, Andrea y Roger, por participar en la entrevista en La Vida son Dos Viajes. Habéis aportado mucha información de utilidad que seguro ayuda a concienciar sobre la importancia de hacer turismo responsable con animales. Ahora que ya conocemos los riesgos, toca ponerlos en práctica.
Si te ha gustado la entrevista a Travelleating sobre turismo responsable con animales, echa un vistazo al resto de consejos para animarte a viajar por el mundo.