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Cómo estudiar en Taiwán: podcast con Rosalía Rodríguez

Hola a todos y bienvenidos a una nueva entrevista en La Vida son Dos Viajes. Como sabéis, la idea de esta sección es charlar sobre viajes con personas que tengan una historia interesante que contar. Puede que escuchándonos os animéis a seguir los pasos de la persona entrevistada. O quizás descubráis un nuevo destino que seguro os encantaría visitar.

Hoy además es un día especial porque estreno un nuevo formato de entrevista… comienzan los podcasts de La Vida son Dos Viajes. Y para ello tenemos una invitada muy especial. Por primera vez participa una amiga mía con la que perdí el contacto al cambiar a otro colegio. Casualidades de la vida, retomamos la amistad años después como si no hubiera pasado el tiempo y nos reencontramos nada más y nada menos que en Taiwán.

Foto de mi visita a Rosalía en Taiwán. ¡No hace falta decir lo bien que lo pasamos!

Foto de mi visita a Rosalía en Taiwán. ¡No hace falta decir lo bien que lo pasamos!

 

Y os preguntaréis, ¿por qué en Taiwán? Pues para eso voy a dar paso ya a Rosalía Rodríguez Pertierra, que nos va a contar cómo consiguió estudiar en Taiwán y sus aventuras en una cultura completamente diferente. ¡Dadle al play!

Hola, Rosalía. Bienvenida a La Vida son Dos Viajes. Lo primero de todo, cuéntanos un poco sobre ti.

Hola a todos. Como bien dices, me llamo Rosalía. Estudié Turismo en la Universidad Autónoma, donde empecé a estudiar chino. Después de Turismo cursé Estudios Orientales para continuar con el chino. Siempre me gustó viajar y los idiomas, así que encaminé mi vida profesional hacia ese mundo.

¿Tuviste claro desde el principio que querías estudiar Turismo?

Fue casualidad. Empecé a estudiar Psicología y una vez entré en contacto con el chino y las lenguas orientales, me cambié a Turismo para seguir estudiando chino. Como digo, fue casualidad. El destino me quiso mandar a China.

Y después cursaste Estudios Orientales y en 3º de carrera decidiste estudiar en Taiwán. ¡Qué envidia! Cuéntanos tu experiencia y por qué escogiste Taiwán y no otro sitio.

En realidad no lo decidí yo, lo decidió la propia universidad. Al terminar el primer año de Estudios Orientales, me fui a Pekín un mes y medio a estudiar. En el segundo año, tenía la posibilidad de pedir intercambio internacional para irme al extranjero en tercero. Pedí Pekín, no pudo ser, y me tocó Taiwán. Al principio fue la peor noticia del mundo, pero luego resultó ser una absoluta maravilla. Todos queríamos China, pero al final Taiwán fue la gran sorpresa.

Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek en Taipei, erigido en memoria del ex-presidente de la República de China.

Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek en Taipei, erigido en memoria del ex-presidente de la República de China.

 

¿Todas las clases eran en chino? ¿Qué nivel te pedían?

Yo como fui a estudiar chino, todas las clases eran en chino. Creo que el sistema que tienen en Taiwán es bastante mejor para aprender un idioma. Al principio no te enteras de nada, pero no te queda otra que acabar enterándote. Otros compañeros que conocí iban a estudiar en Taiwán otras carreras y en ese caso no necesitaban saber chino.

¿Tuviste que hacer muchos trámites burocráticos para poder estudiar en Taiwán? ¿Cómo fue el proceso de solicitud?

Lo cierto es que no. Ir a Taiwán es muy sencillo. Para ir de turismo no necesitas visado si vas de visita por un periodo de hasta tres meses. Incluso si quieres alargar tu estancia, puedes salir de Taiwán, estar fuera un día y al volver te renuevan el visado otros tres meses.

Para estudiar en Taiwán, yo iba con un convenio internacional. Hice la solicitud, me aceptaron y listo. Fue más difícil convalidar los créditos en España que los trámites que tuve que hacer para ir a Taiwán.

Y una vez terminaste 3º, ¿tuviste la opción de alargar tu estancia en Taiwán?

Yo me tuve que volver porque era un curso escolar. Hice tercero de carrera, volví a Madrid y terminé cuarto de Estudios Orientales. Fue entonces cuando pedí una beca del gobierno para volver a estudiar en Taiwán. Al regresar a España fue cuando empecé a trabajar como guía para turistas chinos.

Para los que os interese, hay dos tipos de becas de estudios en Taiwán. Una de ellas es para estudiar chino, que es la que yo pedí. En esta beca de idiomas hay dos modalidades: 6 meses y 12 meses. Esta es únicamente para estudiar chino, aparte de viajar y pasarlo bien.

La otra beca que hay es para estudiar un máster. Son de 2 años de duración y no hace falta saber chino. La mayoría hacen un máster en Biología o Relaciones Internacionales (que es lo más común), pero no tiene que estar relacionado con el chino. Los requisitos son un poco más complejos, pero mucha gente va con esta otra beca.

Taiwán no tiene Embajada en España, tiene una Oficina Económica y Cultural porque Taiwán no es reconocido como país por China. Todos los trámites se hacen ahí y además están ampliando el número de becas, así que hay que aprovechar el momento.

Puerta del Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek y el precioso reflejo después de llover.

Puerta del Salón Conmemorativo de Chiang Kai-shek y el precioso reflejo después de llover.

 

¿Qué fue lo más gratificante para ti de vivir en Taiwán?

Todo, absolutamente todo. Es muy difícil escoger una sola cosa. La gente es una maravilla, son amables, simpáticos, grandes anfitriones. Y, desde luego, una cosa maravillosa de Taiwán son las buenas conexiones de vuelos y la facilidad que te da para viajar. Yo lo aproveché mucho. La beca se quedaba justa, pero puedes viajar de mochilero. Taiwán está muy bien conectada con el sudeste asiático y con Asia en general, además de que los precios son muy asequibles. En Taiwán por 1€ o 1,5€ comías en restaurantes locales y por 5€ te pegabas una buena comilona.

La beca que comentabas antes, ¿de cuánto dinero era?

Lo bueno de la beca es que te lo daban en dinero local y, por lo tanto, no estaba sujeta al cambio de divisa. Me daban 24.000 dólares taiwaneses, que al cambio eran 600-650€. Lo único que tenía que hacer era justificar que estaba estudiando en un centro de idiomas y ya está.

Nos contabas lo mejor de tu estancia en Taiwán, pero ¿qué es lo que menos te gustó?

Siempre se te olvida lo malo y te quedas con las buenas experiencias. Yo me fui muy joven y esperaba que todo fuera idílico, también influida por los programas de televisión que te venden el lado bueno de vivir en el extranjero. No todo es tan positivo, al principio te sientes solo, a veces no funciona internet y te ves aislado y hay días que piensas: “¿qué narices hago yo aquí en la otra punta del mundo?”.

Y otra cosa que no me gustó nada, creo que lo recuerdas tú también de cuando viniste a verme, son los “mosquitos ninja”. Las picaduras no son peligrosas, pero al ser otro tipo de mosquito, nuestra sangre reacciona diferente y las picaduras se hinchan bastante. Pero allí no fui al médico nunca, ni siquiera por una comida que me sentara mal. Aparte de los mosquitos, había arañas del tamaño de tu mano, cucarachas voladoras… Esto que antes lo veía horrible, ahora lo recuerdo como experiencias divertidas.

¿Es difícil hacer amigos taiwaneses? Es una cultura muy diferente a la nuestra.

Yo hice amigos taiwaneses, son accesibles y les gustan las mismas cosas que a nosotros. De hecho, este año viene una compañera a visitarme.

Después de tantos años en Taiwán, quién mejor que tú para recomendarnos tus tres rincones favoritos.

Pregunta difícil. En Taiwán en general hay muchísimos parques naturales y, para los que os guste la naturaleza, es una isla impresionante para eso. En la costa oeste está el Parque Nacional de Taroko y al sur hay mucha cultura del surf. Y en Taipei, ¿recuerdas el sendero que hicimos? Subimos al Elephant Mountain y desde ahí tienes una puesta de sol preciosa y unas vistas de la ciudad con el rascacielos llamado “101” de fondo.

Anochecer desde el mirador Elephant Mountain, con el rascacielos 101 de fondo.

Anochecer desde el mirador Elephant Mountain, con el rascacielos 101 de fondo.

 

También recomiendo recorrer la ciudad en bicicleta. Es una ciudad súper llana y es muy recomendable. Taiwán tiene el caos del sudeste asiático (motos, coches, tuk tuk, etc.), pero es de lo más ordenado en Asia. No hay carril-bici, pero sí recomendaría recorrer la ciudad en este medio de transporte.

Sé que te encanta la gastronomía y seguro que has probado muchos restaurantes taiwaneses. ¿Cuáles serían tus tres recomendaciones?

Me voy a centrar más en tipos de comida porque decir tres restaurantes es muy complicado. Allí comen mucho en mercados nocturnos, recuerda que te llevé al de Shilin cuando viniste. Es comida muy barata y puedes probar de todo. Coges una bebida en algún sitio y vas de puesto en puesto probando platos.

Por otro lado, ellos comen mucho en los Rethao, que son como un bar de raciones. Son sitios bastante ruidosos, la gente va con amigos y se piden varios platos para compartir.

Si te decides a estudiar en Taiwán, los mercados nocturnos son una buena opción para cenar.

Si te decides a estudiar en Taiwán, los mercados nocturnos son una buena opción para cenar.

 

Yo recuerdo en un mercado nocturno que empezó a oler fatal, como a tubería, y ya fue cuando me dijiste que era el stinky tofu (tofu apestoso), un manjar para ellos, ¿no?

Sí, ellos están acostumbrados al sabor y les encanta. Yo siempre lo comparo con nuestro queso cabrales, que huele mal pero está delicioso. Pero sí, el que vaya por la calle y le venga un olor a cloaca o a podrido, es el tofu apestoso que lo comen allí y lo disfrutan.

¿Y tus tres bares favoritos para charlar con amigos? ¿Con o sin karaoke?

Bares como los concebimos en España no hay, son más restaurantes. Hay muchos pubs irlandeses, pero por lo general están llenos de extranjeros. Las discotecas allí están mal vistas porque el que va se asocia a que es un mal estudiante.

Allí van mucho a los karaokes, son muy divertidos pero es un concepto opuesto a lo que tenemos en España. Ir a un karaoke es algo serio. Alquilan una sala, que suele salir a 12-15€, un precio muy caro para lo que cuestan allí las actividades de ocio. Normalmente te dan cerveza ilimitada, snacks y a veces hay un buffet fuera de la sala y tienes una sala privada para cantar con tus amigos. Como digo, no son tanto de ir a una discoteca a bailar, sino de juntarse con amigos en el karaoke.

Y, por último, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje de tu estancia en Taiwán?

Como aprendizaje, sin duda ver que aunque la gente tenga distintas caras y rasgos, vistan diferente y coman tofu apestoso, no son tan diferentes a nosotros. Al final ves que son exactamente iguales que tú. Los padres que se preocupan por que sus hijos estudien. La madre que se muere de vergüenza porque su hijo está gritando en el supermercado. El sufrimiento por la pérdida de un ser querido. El ligoteo entre los jóvenes. Entonces la moraleja es que somos todos iguales y es importante no juzgar. También cuando vemos a chinos en España hay que pensar que están aquí por alguna circunstancia y que tienen los mismos derechos que nosotros.

Totalmente de acuerdo. Viajar te hace ser más tolerante y es lo que tú dices, que a pesar de tener costumbres o rasgos diferentes, no dejamos de ser iguales.

Eso es. Hay que aprovechar, que La Vida son Dos Viajes. Viajar es más asequible de lo que parece. Asia, por ejemplo, es muy segura y el dinero allí no es un problema. También es común hacer autostop. Lo más caro son los vuelos, pero luego allí la vida es muy barata. Mi familia, por ejemplo, vino a verme por 550€ el vuelo de ida y vuelta. Lo único malo es que de momento no hay vuelos directos desde España, pero no es un problema.

Muchas gracias, Rosalía. Ha sido súper interesante todo lo que nos has contado, tanto por la parte de becas por si los lectores quieren estudiar en Taiwán, como para los que quieran viajar allí para hacer turismo.

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Sobre Paula

Sobre Paula Morales

Periodista y traductora de formación. Tras varios años trabajando en Comunicación y Marketing Digital en diferentes empresas y agencias, decidí apostar por lo que de verdad me hace feliz: viajar y contártelo en La Vida Son Dos Viajes y ser tu asesora de viajes para ayudarte a recorrer el mundo por libre igual que lo hago yo.

Te animo a leer más sobre mí para saber quién está detrás de este proyecto al que le dedico mucho cariño, ilusión e infinitas horas de trabajo.

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